Fuimos roca Algo sobre “Fuimos Ein-Stein”

Fuimos roca Algo sobre “Fuimos Ein-Stein”

Fuimos roca Algo sobre “Fuimos Ein-Stein”

Crítica de Guadalupe Calvo

Las obras de teatro que abordan tópicos de la ciencia me parecen particularmente excepcionales. Unir en su contenido temático al conocimiento científico y ofrecerlo a las posibilidades múltiples del arte teatral implica la responsabilidad de realizar un trabajo cuidadoso y esquivar un carácter exclusivamente didáctico. Este es el caso de Fuimos Ein-Stein, del colectivo Eutheria Teatro. La obra estuvo en cartelera de La Capilla, únicamente en transmisión en línea del 2 al 30 de abril del 2021.

Una labor colectiva es compleja en su ejecución, encontrar un estilo de dirección de arte propio y claro no es fácil cuando están inmersas dos o más voces. En consideración de que es preciso partir de la historia que se cuenta en congruencia con los demás elementos escénicos, la dramaturgista debe extraer las articulaciones del sentido de la obra para ubicarla en un contexto de interpretación en un conjunto integral y armónico. Para bien y para mal, la pandemia desde el 2020 ha obligado al creador teatral a experimentar nuevos métodos y desarrollar habilidades para la virtualidad. Considero que más de un año ha sido suficiente para darnos cuenta de las posibilidades que ofrece la tecnología, de ahí que sea de extrañar que a pesar de un trabajo en vivo que logra cierta sincronía actoral entre los protagonistas, el logro de la dramaturgia no sea correspondida con el montaje. 

El tratamiento de la plataforma virtual fue básico, poco atrevido y simple, salvo escasos  momentos en los que el teatro de mesa o de papel interrumpían la monotonía visual propiciada por los fondos planos de ambas cámaras. Se trata de una historia enmarcada a principios del siglo XX y es evidente el impulso realista, por ejemplo, en el diseño de vestuario realizado por Vianey Martínez. Sin embargo, la caracterización propia de los actuantes no corresponde con este propósito, en ambos se percibe una frescura contemporánea que rompe -o no llega a lograr- la armonía estética. 

Por otra parte, la dramaturgia de Carolina Berrocal y Héctor Sandoval es cautivante. Con saltos de tiempo a través del intercambio de correspondencias entre Albert y Mileva, hay una tensión dramática bien lograda y entre líneas se nos ofrece una riqueza discursiva que va más allá de la historia romántica de la pareja. Fuimos Ein-Stein aborda temas interesantes como el descubrimiento y el desarrollo de la teoría de la relatividad y el machismo que albergaba en la relación de los protagonistas. 

El hallazgo más profundo que nos ofrece la obra es el desarrollo del personaje de Mileva. Gracias al trabajo de Berrocal logramos ver una progresión tenue pero clara de Mileva como mujer. La gran matemática sutilmente se va borrando hasta traslucirse como la sombra de Einstein. El trabajo dramatúrgico nos lleva a querer reflexionar sobre más elementos del rol de la mujer en el siglo xx pero muy especialmente sobre Mileva ¿por qué sacrifica su realización por Einstein? ¿por qué si a pesar de la época de opresión tenía a su favor el apoyo de su familia y en especial el de su padre? El interés por descubir las respuestas me remitió a lo que Simone de Beauvoir dice en su Segundo sexo: “no se nace mujer, llega una a serlo”. También la antropóloga Marcela Lagarde en Claves feministas dice que las mujeres hemos sido configuradas socialmente para el amor, hemos sido construidas por una cultura que coloca el amor en el centro de nuestra identidad. Mileva no fue consciente de lo que le estaba sucediendo, ni era feliz, ¿entonces por qué seguía ahí? Al respecto vuelvo a lo que dice Lagarde, que al vivir cada una de nosotras vamos transfigurándonos en seres del amor, aunque no nos demos cuenta de este proceso.

También me pregunté si Enstein era consciente de su falta de responsabilidad afectiva, la respuesta cayó de inmediato: sí. El trabajo de Héctor Sandoval nos muestra a un Einstein honesto y enamorado, pero no arrepentido, a pesar de pedirle perdón a Mileva es un hombre consagrado a la ciencia, tanto como Mileva a él.El título de la obra es revelador, Fuimos Ein-Stein, que significa en alemán “una piedra”, un juego de palabras que encontramos en las líneas compartidas entre los personajes. Ambos se asumen como una sola entidad, una dualidad que se fusiona como una roca, como la unidad científica que desarrolló la teoría de la relatividad y que se llamó Albert Einstein.

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